Esta bonita intervención tiene un principal protagonista, la luz. Todas sus estancias se abren al exterior a través de sus grandes ventanales enmarcando, como si de lienzos se tratase, las maravillosas vistas de la ciudad de Murcia.
La forma alargada y curva de su extensa planta permite dividir la zona de día y de noche en dos diferentes alas permitiendo a la familia y amigos disfrutar de sus espacios abiertos simultáneamente sin renunciar a la privacidad e independencia de cada uno.
El blanco de paredes y techos es un elemento clave presente en toda la vivienda así como la madera de nogal oscura y la de roble claro que hacen de hilo conductor sin renunciar a las pinceladas doradas presentes en elementos de mobiliario junto con alguna moldura que consiguen una fusión de lo contemporáneo y clásico a la vez en un acertado equilibrio.